La resaca de ahora te pega más fuerte que cuando tenías 20 años.
La verdad es que el sonido de cuando se destapa una cerveza y del vino vertiéndose en la copa de vez en cuando puede ser algo maravilloso, pero la resaca al día siguiente siempre te hará prometer que nunca más vas a volver a beber. Sin embargo, ¿has notado con el paso de los años que la resaca parece empeorar? ¿O que a veces bebes menos pero aún así te emborrachas más?
Existen varios motivos al respecto, y no es necesariamente culpa de tu cuerpo: Tu propio modo de vida podría estar influyeno. De acuerdo con una encuesta publicada en el año 2013, el punto de «ruptura» entre una vida de borrachera «sin problemas» y una vida de resacas más intensas ocurre, se encontraría en promedio, a los 29 años.

Sucede que la juventud realmente trae un poco más de inconsecuencia. A los 25 años, poco después de salir de la universidad, es el momento en que más bebemos en la vida. De nuevo, estamos hablando de un promedio. Digamos que a esa edad nos acostumbramos a doblar el codo, sufriendo menos los impactos de la tan fascinante borrachera.
Conforme las obligaciones adultas comienzan a llegar, la gente naturalmente tiende a disminuir la cantidad de alcohol que consume semanalmente. Con eso, nos volvemos menos tolerantes a los excesos. También tiene que ver el hecho, por supuesto, de que el propio envejecimiento cobra su precio, metabolizando menos rápidamente el alcohol que se encuentra en tu torrente sanguíneo.
Una resaca más intensa
El resultado es una resaca más intensa y más prolongada al día siguiente. El hígado es responsable de metabolizar del 90% al 98% del alcohol que ingieres. El resto se elimina en la orina, la respiración o el sudor. Con el avance de edad, el hígado se vuelve más lento para procesar la cantidad de bebidas alicoradas que tú ingieres.

Otro factor es que la edad suele venir con una mayor acumulación de grasa corporal. Y cuanto más gordito seas (independientemente de la edad) menos tendrás de la enzima deshidrogenasa, que descompone el alcohol en tu estómago y facilita la dilución. Así, tu organismo pasa concentrar más cantidades alcohólicas en la sangre, siendo menos tolerante a sus efectos.
Tu cuerpo te lo agradecerá
Por lo tanto, si ya has pasado de los 30 años, bebe menos, porque finalmente te vas a sentir igual de borracho y sin duda tu cuerpo te lo agradecerá no sólo en la mañana siguiente, sino que a largo plazo, te vas a sentir mejor y seguramente notarás como comienzas a hacer cosas que tal vez dejaste de hacer o comenzarás a hacer cosas que nunca hiciste.

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